A QUIEN NO LE GUSTA UNA PISCA DE SAL?.....
<SIN PALABRAS, MIREMOS EL VÍDEO>
Sal marina sin refinar
La sal marina sin refinar se obtiene mediante la evaporación de agua de mar.
Tiene un tono más grisáceo y son muchos los que prodigan sus múltiples
beneficios. Sin embargo, también hay investigaciones, como la publicada
en la revista Which? de la que BBC Mundo se hace eco, que
aseguran que los componentes de la sal de mesa y de otras marcas de sal
de roca o sal marina son prácticamente los mismos: fundamentalmente cloruro sódico.
Es cierto que la sal marina sin refinar contiene, además de cloro, sodio, yodo y flúor, otros minerales esenciales
para el organismo en proporciones adecuadas, pero lo cierto es que el
principal componente sigue siendo el cloruro sódico. Por lo tanto, sigue
siendo peligroso su consumo excesivo y completamente
innecesario, ya que podemos extraer los minerales esenciales en las
proporciones adecuadas de los alimentos que ingerimos a diario, siempre y
cuando sigamos una dieta equilibrada. Una buena manera de obtener todos sus elementos saludables de manera moderada es bebiendo todos los días un tapón de agua de mar.
Sal del Himalaya
Durante los últimos años este tipo de sal se ha puesto muy de moda,
quizá por su bonito tono rosado, pero sobre todo por la enorme
publicidad que se le ha dado, atribuyéndole propiedades seguramente algo
exageradas. Para empezar, esta sal no procede del Himalaya, sino
principalmente de Pakistan y de América Latina. Saltó a la fama durante
los años 90 asegurando contener los 84 elementos esenciales para el
organismo y su uso se ha extendido no sólo al ámbito culinario, sino
también a la cosmética o incluso a la fabricación de lámparas de sal del Himalaya.
Seguramente, comparada con la sal común elaborada industrialmente, contiene muchos más nutrientes y oligoelementos saludables, pero también es bastante probable que no sean equiparables a su elevado precio.
Sal de mesa común
Partiendo de la necesidad de nuestro organismo de mantener un equilibrio muy preciso de minerales,
parece sensato afirmar que una descompensación provocada por el exceso
de algunos de esos minerales puede ser perjudicial para la salud, sobre
todo cuando la proporción de minerales no procede de la naturaleza sino
de su manipulación en un laboratorio.
La sal de mesa o sal común:
- Es fundamentalmente cloruro sódico (revisa los efectos del sodio en la dieta)
- A veces se le añade yodo y flúor.
- No se extrae de manera natural, sino mediante procesos industriales.
- Lo peor es que se le añaden aditivos y conservantes que no se especifican en la etiqueta por no ser obligatorio.
Especialistas en medicina aseguran que un exceso en el consumo de sal puede acarrearnos serios trastornos que van desde la hipertensión a enfermedades cardiovasculares, hipertensión, retención de líquidos o edema.
Teniendo en cuenta que tanto el sodio, como el yodo o el flúor los podemos encontrar de manera natural en casi todos los alimentos que ingerimos, queda claro que consumir sal de mesa
es solo una cuestión de sabor. No es necesaria en absoluto y su consumo
excesivo nos puede hacer enfermar. Hay quienes afirman que la comida
sabe mejor sin sal, pero desprenderse de tan arraigada costumbre no es fácil. Si nos gusta su sabor, mejor con moderación.
Sal marina sin refinar
La sal marina sin refinar se obtiene mediante la evaporación de agua de mar.
Tiene un tono más grisáceo y son muchos los que prodigan sus múltiples
beneficios. Sin embargo, también hay investigaciones, como la publicada
en la revista Which? de la que BBC Mundo se hace eco, que
aseguran que los componentes de la sal de mesa y de otras marcas de sal
de roca o sal marina son prácticamente los mismos: fundamentalmente cloruro sódico.
Es cierto que la sal marina sin refinar contiene, además de cloro, sodio, yodo y flúor, otros minerales esenciales
para el organismo en proporciones adecuadas, pero lo cierto es que el
principal componente sigue siendo el cloruro sódico. Por lo tanto, sigue
siendo peligroso su consumo excesivo y completamente
innecesario, ya que podemos extraer los minerales esenciales en las
proporciones adecuadas de los alimentos que ingerimos a diario, siempre y
cuando sigamos una dieta equilibrada. Una buena manera de obtener todos sus elementos saludables de manera moderada es bebiendo todos los días un tapón de agua de mar.
Flor de sal
Este tipo de sal se forma en la superficie de las salinas marinas y sus propiedades gastronómicas la han convertido en la sal por excelencia de los gourmets. Se recolecta con métodos tradicionales y de forma artesanal en el mediterráneo y el atlántico. Comparada con otras, es baja en cloruro sódico (solo
92.9%) y en sodio (15%). Se supone que es hipotónica y que no produce
retención de líquidos. Tiene un sabor menos salado que otras sales, no
se apelmaza y se disuelve fácilmente en el paladar.
Conclusiones… ¿Qué sal elijo?
Por supuesto existen otras muchas clases de sales con distintas procedencias.
Algunas son famosas por sus propiedades gastronómicas más que por sus
beneficios en la salud y casi todas ellas llevan a cuestas un marketing
elaborado que las señala como las más puras y naturales. Pero lo cierto
es que, teniendo en cuenta todos los datos recabados, las conclusiones a
las que podemos llegar son:
- Que todas las sales tienen como componente esencial el cloruro sódico y por tanto deben consumirse con moderación.
- Que la ingesta de sal es completamente innecesaria, ya que el sodio y demás elementos que aporta podemos obtenerlos de muchos alimentos.
- Que la sal es un condimento utilizado principalmente por su sabor y no por sus beneficios en la salud.
- Que las sales obtenidas de la naturaleza mediante procesos artesanales, como las sales marinas o las de roca, contienen mayor número de elementos nutritivos.
- Que muchas veces las propiedades aclamadas por la publicidad no hacen justicia al elevado precio de algunas sales y que lo ideal es elegir una sal natural, que es la única que puede justificar un precio mayor.
Beneficios de la sal
Según la Organización Mundial de la Salud, la cantidad de sal recomendada al día está entre un mínimo de 500 mg y un máximo de 2000 mg (ten en cuenta que una cucharadita de sal equivale a 2000 mg). Cuando este margen se respeta, la sal:
- Mantiene el equilibrio hídrico.
- Es necesaria en la digestión, metabolismo y absorción de nutrientes.
- Colabora en la transmisión de impulsos nerviosos.
- Regula el nivel de PH del organismo.
- Ayuda a mantener los músculos en buen estado, entre ellos el corazón.
- Regula la presión sanguínea y favorece, sobre todo, a las personas hipotensas.
Perjuicios de un consumo excesivo de sal
Cuando
superamos esas dosis recomendadas, sobre todo por no tener en cuenta
que la mayoría de los productos que consumimos (sobre todo si son
procesados) ya contienen sal, nuestro organismo se puede ver
negativamente afectado por:
- Hipertensión.
- Osteoporosis.
- Deshidratación.
- Problemas renales y retención de líquidos.
- Enfermedades cardiovasculares.
¿La sal es buena?
Sí, en las cantidades apropiadas. ¿Es imprescindible? No, pues podemos
encontrar sus componentes en otros muchos alimentos. Utilizamos la sal, sobre todo, porque modifica el sabor de los alimentos y lo intensifica. Por lo tanto, lo mejor es consumirla con mucha moderación, utilizar a ser posible sales naturales recolectadas artesanalmente y no enloquecer eligiendo sales exóticas, sobre todo si nuestra economía no anda muy saludable, pues todas poseen componentes muy similares.
Al igual que la sal,
el azúcar es otro alimento muy presente en los alimentos procesados en
proporciones muy poco saludables y en formas realmente perjudiciales. Es
lo que se ha denominado un “dulce veneno”. Siguiendo nuestra línea, le
damos un buen repaso a los mejores edulcorantes naturales, como alternativa al terrible aspartamo y los productos ligth. Cambia de hábitos, sigue la alternativa natural.
UN ABRAZO
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