viernes, 16 de diciembre de 2016

Hígado Graso

                            Hígado graso


                                          (Esteatosis)

 El hígado graso es una acumulación anómala de ciertas grasas (triglicéridos) en el interior de las células hepáticas.

 

Las personas con hígado graso pueden sentirse cansadas o tener malestar abdominal leve, pero por lo demás no tener síntomas.

  • Para confirmar el diagnóstico puede ser necesario realizar una biopsia hepática que permite, además, determinar la causa y la extensión de la lesión.
  • El médico se centra en el control o la eliminación de la causa del hígado graso, como el síndrome metabólico o el consumo de grandes cantidades de alcohol.
En los Estados Unidos y otros países occidentales, las causas más comunes de hígado graso son:
  • Consumo de grandes cantidades de alcohol
  • Toxinas
  • Ciertos fármacos
  • Trastornos metabólicos hereditarios
  • Anomalías metabólicas, como el exceso de peso corporal, resistencia a la insulina (como puede ocurrir en la diabetes) y concentraciones elevadas de triglicéridos (una grasa) en la sangre
La combinación de exceso de peso, resistencia a la insulina y niveles altos de triglicéridos se llama síndrome metabólico. Todos estos trastornos provocan que la grasa se acumule en las células hepáticas, haciendo que el organismo sintetice más grasa o enlenteciendo el metabolismo (el procesado) y la excreción de la grasa. En consecuencia, la grasa se acumula y se almacena en el interior de las células hepáticas. El consumo de una dieta rica en grasas, sin más, no da lugar a un hígado graso.
En raras ocasiones, la grasa se acumula en el hígado durante la última etapa del embarazo. Este trastorno, llamado hígado graso del embarazo o esteatosis microvesicular, se considera por lo general un trastorno diferente del hígado graso.

¿Sabías que...?

  • El consumo de alimentos ricos en grasa, por sí mismo, no causa hígado graso.
El hígado graso puede estar o no inflamado. La inflamación puede ocasionar la formación de cicatrices (fibrosis). La fibrosis a menudo progresa a cirrosis (cicatrización que distorsiona la estructura del hígado y deteriora su función).
El hígado graso (con o sin fibrosis) debido a cualquier trastorno, excepto al consumo de grandes cantidades de alcohol, se denomina enfermedad grasa del hígado no alcohólica. La enfermedad del hígado graso no alcohólica se desarrolla con mayor frecuencia en las personas que presentan por lo menos una de las características del síndrome metabólico:
  • Exceso de peso
  • resistencia a la Insulina
  • Niveles elevados de triglicéridos

Causas frecuentes de hígado graso

 

Consumo de grandes cantidades de alcohol
Alteraciones metabólicas
  • Exceso de peso
  • Resistencia a la insulina (como ocurre en la diabetes)
  • Aumento de la concentración de triglicéridos (una grasa) en la sangre
Fármacos o sustancias
  • Corticoesteroides
  • Tamoxifeno
Embarazo
Determinados antineoplásicos (quimioterápicos)

Síntomas

El hígado graso por lo general no causa síntomas. Algunas personas se sienten cansadas o tienen molestias abdominales vagas. El hígado tiende a aumentar de volumen, lo que puede ser detectado por el médico durante la exploración.


Diagnóstico

  • Análisis de sangre
  • Pruebas de diagnóstico por la imagen, como la ecografía
  • En ocasiones, una biopsia hepática
Si el médico sospecha la posibilidad de hígado graso, pregunta sobre el consumo de alcohol. Esta información es crucial. El consumo continuo y excesivo de alcohol puede producir una lesión hepática grave.
Los análisis de sangre para detectar anomalías en el hígado, como la inflamación, son importantes  porque la inflamación puede conducir a la cirrosis. Para descartar la existencia de otros trastornos que estén causando anomalías en el hígado, como la hepatitis vírica, se realizan análisis de sangre adicionales. La ecografía, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética nuclear (RMN) abdominales permiten detectar el exceso de grasa en el hígado pero no siempre son suficientes para determinar si existe inflamación o fibrosis.
Para confirmar el diagnóstico puede ser necesaria una biopsia hepática. En la biopsia, el médico, tras administrar un anestésico local para disminuir el dolor, introduce una aguja larga y hueca a través de la piel hasta el hígado con el objeto de obtener una pequeña muestra de tejido hepático para su examen al microscopio. La biopsia ayuda a determinar si existe hígado graso, si es debido al alcohol o a otras causas específicas, así como a determinar la gravedad de la lesión hepática.

El exceso de grasa en el hígado por sí solo, no es necesariamente un problema grave. Por ejemplo, cuando la causa es el alcohol, la grasa puede desaparecer, por lo general en 6 semanas, si la persona deja de beber. Sin embargo, si no se identifica y corrige la causa, el hígado graso puede tener graves consecuencias. Por ejemplo, si el uso excesivo de alcohol continúa o si no se interrumpe la administración de un medicamento que esté causando hígado graso, el daño repetido sobre el hígado puede finalmente derivar en cirrosis.
Las mujeres con hígado graso del embarazo tienen peor pronóstico.


Tratamiento

  • Control o eliminación de la causa
El tratamiento del hígado graso se centra en controlar o eliminar la causa que provoca el trastorno. Por ejemplo, se debe:
  • Dejar de tomar cualquier medicamento que pueda estar causando el hígado graso
  • Perder peso
  • Adoptar medidas para controlar la diabetes o reducir los niveles de triglicéridos
  • Dejar de beber
La vitamina E y las tiazolidinedionas (como rosiglitazona o pioglitazona, que se utiliza para tratar la diabetes) pueden ser de alguna ayuda en el tratamiento del hígado graso que no está causado por el alcohol.

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              UN ABRAZO
 


miércoles, 14 de diciembre de 2016

ANEMIA

           ¿Anemia?: Alimentos ricos en hierro!

 El hierro es uno de los minerales fundamentales para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Por ello, un déficit del mismo podría acarrear graves consecuencias para la salud. Comer alimentos ricos en hierro permite reducir la anemia. Además de complementos vitamínicos, la ingesta de hierro a través de la dieta es otra de las fórmulas más comunes para combatir la anemia.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Diabetes en niños y adolescentes

                  MEJOR PREVENIR QUE CURAR

 

Hasta hace poco, la diabetes más común en niños y adolescentes era la tipo 1 conocida también como diabetes juvenil. En este tipo de diabetes, el páncreas no produce insulina, que es una hormona que ayuda a que la glucosa entre en las células para darles energía. Sin insulina, demasiada azúcar queda en la sangre.
Pero hoy en día, más personas jóvenes tienen diabetes tipo 2. A esta diabetes se la solía llamar diabetes del adulto pero ahora es también común en niños y adolescentes debido a que una mayor cantidad de ellos son obesos. En la diabetes tipo 2, el cuerpo no produce o no usa la insulina adecuadamente.
Los niños y adolescentes están a mayor riesgo de diabetes tipo 2 si son obesos, tienen antecedentes familiares de diabetes, no realizan ejercicio o no comen bien. Para disminuir el riesgo de diabetes 2 en niños y adolescentes:
  • Ayúdeles a mantener un peso saludable
  • Asegúrese que hagan ejercicio y se mantengan activos
  • Sírvales porciones pequeñas de alimentos saludables y nutritivos
  • Limite el tiempo que pasan frente al televisor, computadora o videos
Los niños y adolescentes con diabetes tipo 1 pueden necesitar insulina. La diabetes tipo 2 puede ser controlada con dieta y ejersicio. Si eso no es suficiente, necesitarán tomar medicina para diabetes orales o insulina. Un análisis de sangre llamado A1c puede comprobar cómo está manejando su diabetes.
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                       UN ABRAZO