domingo, 22 de enero de 2017

CEREALES

Todos los estudios e informes lo confirman: los niños cada día están más obesos. Algunos dicen que es porque no se mueven. Quizás tengan algo de razón, pero creo que sobre todo es por lo que comen. Comida cada vez más procesada, más refinada, más basada en hidratos de carbono y azúcares.

Mi niño/a desayuna siempre cereales... suena bien, ¿no? Pues malas noticias: Los cereales que venden en esos preciosos paquetes (y que suelen incluir atrayentes regalitos) suelen presumir de tener vitaminas y minerales añadidos, algo que en principio es positivo pero cuya eficacia está todavía por demostrar (de algunos estudios se podría deducir que incluso es mejor evitarlos). Pero analizando sus componentes, son poco más que almidón y azúcar. Mucho azúcar. Demasiado azúcar. Y se parecen muy a poco a cereales "de verdad".

Por ejemplo, estos son los macro-componentes nutricionales básicos (por cada 100 gr. de producto) de los Choco Krispis, Frosties, Smacks y Miel Pops, tomados de la web de Kelloggs

¡En el mejor de los casos, un tercio de lo que están comiendo es azúcar y el resto almidón! Una bomba para el páncreas e insulina a raudales corriendo por su torrente sanguíneo, para que a media mañana llegue el bajonazo. Y caries a mansalva para los dientes. .

Y estos son los ingredientes de tres de ellos (Choco Krispis, Frosties y Smacks, respectivamente) según indican en sus cajas:
 Como podran observar, además del cereal (que, por oro lado, está superrefinado, es decir, se le ha eliminado la fibra para hacerlo más blanco y convertirlo en puro almidón), todos tienen jarabe de glucosa y azúcar. Y por lo visto en la información nutricional, en cantidades muy importantes. Comparándolos con los cereales "para adultos" (que tampoco son para dar saltos de alegría), en lugar de ser incluso más sanos (hablamos de niños/as en periodo de crecimiento), son sencillamente más llamativos y mucho más dulces. Si además consideramos que en muchas ocasiones les añaden más azúcar al tomarlos con leche, puede que en el desayuno se estén metiendo entre pecho y espalda entre 20 y 40 gramos de azúcar sólo con los cereales.
 Lo ideal sería un desayuno compuesto de yogur, queso, una pieza de fruta (variada, para no aburrir), y una tostada de pan integral, incluso con mermelada y mantequilla. De vez en cuando podría sustituirse la tostada por alguna galleta... aunque pocas se salvan. Sería recomendable complertarlo con algo de proteínas y grasas (huevos revueltos, tortilla). Y seguro que a ustedes se les ocurren otras soluciones igual de sabrosas y nutritivas y mucho menos "sintéticas". Claro, es más trabajo. Prepararlo, servirlo, convencerles de que se lo coman... Un remedio sencillo: Levantarse un cuarto de hora antes e instarles a que participen en la preparación. Funciona, de veras.

                        UN ABRAZO 
 

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