Propiedades del ajo
FUENTE DE SALUD |
La historia de la humanidad atribuye muchas propiedades curativas al ajo, y la mayoría de estas propiedades, ya sean medicinales o terapéuticas han sido probadas con mucho éxito por los medios científicos, hasta el punto que el ajo es considerado la planta que contiene mayor cantidad de propiedades medicinales, científicamente demostradas. Por ello, no es casualidad que el ajo sea una planta originaria de Asia, donde la gente tiene la esperanza de vida mas elevada y las tasas de mortalidad por cáncer mas bajas del planeta. Ya en el antiguo Egipto, hace 6000 años ya se conocía el uso en la dieta del ajo por parte de los esclavos que construían las pirámides, se les daba un mejunje de ajo y cebolla, se supone que así duraban mas tiempo en aquellas extremas condiciones laborales y todo gracias a las propiedades fortificantes, revigorizantes y como remedio para loos dolores.
Los griegos hicieron uso del ajo, se sabe que a los atletas se les daba un ajo crudo antes de las competiciones para aumentar su fortaleza física. Posteriormente fueron extendiéndolo por todo su imperio que posteriormente se extendería con los romanos y el resto de civilizaciones. Se sabe que cuando la peste o la lepra afectó a Europa, en la edad media, los monjes, usaban el ajo para protegerse, y que en las épocas de las guerras mundiales del sigo XX, se utilizaba el ajo como sustituto de los antibióticos para evitar que las heridas se infectaran.
¿De dónde viene el olor del ajo?
La planta completa, pero sobre todo el bulbo, contiene un principio activo llamado “aliína” que no es otra cosa que un glucósido azufrado, y todos los componentes que lleven el azufre siempre tienen un olor fuerte, como ocurre con la coliflor o los espárragos… pero en este caso el olor del ajo procede de la enzima “alinasa” que al triturar el ajo, en contacto con la aliína se convierte en “alicina” y luego en “dialil disulfuro”, que son precisamente los principios activos que confieren al ajo ese olor tan desagradable y característico. Aparte, estos principios se disuelven con bastante facilidad a través de todo el cuerpo humano llegando a todos los órganos, en especial a los pulmones, riñones y la piel. Es por ello que alguien que haya comido ajo es tan fácil de detectar, pues todo su cuerpo nos va dando pistas a través del aliento, sudor u olor de la piel.
Una buena forma de combatir el olor del
aliento a ajo es masticar unas hojas que tengan alto contenido en
clorofila, como las de perejil, de menta o de apio. Posteriormente hacer
enjuagues con agua y limón.
Para conocer otras características del ajo, aconsejamos que vea su ficha técnica en la Wikipedia, donde su nombre científico es Allium sativum
Propiedades medicinales y curativas del ajo:
Vamos a ver cuales son las propiedades
curativas más importantes del ajo y la forma en que se aplican para que
podamos beneficiarnos de esta planta liliácea familiar de la cebolla,
que es otra planta que contiene infinidad de propiedades curativas.
El ajo, por tanto será utilizado para las siguientes patologías:
Para la bronquitis, aerofagias,
dispepsias fermentativas causantes de flatulencia en el colon, espasmos
abdominales, diabetes, amenorreas, diarreas, gastroenteritis, colitis,
desequilibrio bacteriano intestinal, artritis, ciáticas, cistitis,
tratamiento de callos y verrugas, otitis, cólera, tifus y desinfección
de heridas.
1 – Baja la presión arterial, tanto la presión alta como la baja.
Cuando se toma ajo en grandes
cantidades, la presión arterial tiende a bajar, y esta disminución está
causada por su efecto vasodilatador, y es por ello que se aconseja tomar
ajo a las personas aquejadas de tensión arterial elevada o hipertensos.
Su efecto vasodilatador también influye positivamente en personas que
sufren de arteriosclerosis o disfunciones del corazón, protegiendo las
anginas de pecho o los ataques cardiacos ya que las arterias que llegan
al corazón se dilatan y permiten mayor caudal de sangre evitando su
obstrucción.
2 – Anticoagulante sanguíneo.
Sobre todo el ajo evita la coagulación
de las plaquetas, lo que con un nombre más científico se denomina
“Antiagregante plaquetario” y ayuda a deshacer la proteína llamada
fibrina que es la causante de los coágulos en la sangre. Por tanto el
ajo hace mas fluida la sangre, evita los coágulos, y por ello el ajo
ayuda a evitar las embolias, las trombosis o accidentes vasculares por
falta de flujo sanguíneo. Se reducen los agentes vasopresores como las
prostaglandinas y la angiostensina.
Al ayudar a mejorar la circulación se
favorecen los síntomas de enfermedades como la arteriosclerosis, la
hipertensión, las hemorroides, el colesterol, la angina de pecho o el
infarto de corazón.
Algunas precauciones a tener en cuenta
respecto de una dosis elevada es que debe evitarse un consumo excesivo
en hemorragias traumáticas o menstruales, ya que la fluidización puede
impedir la coagulación natural y facilitar el desangrado de la victima,
igualmente se desaconseja su uso en embarazadas.
Una sangre mas activa consigue un mayor
aporte de oxigeno y una mayor eliminación de toxinas, por lo que el ajo
es recomendado en deportistas y escaladores que necesitan un mayor
aporte de oxigeno en sangre. Quizás los ciclistas no puedan doparse con
sustancias que les aumente los glóbulos rojos en sangre, pero si pueden
comer ajo para fortalecer su cuerpo. No estaban tan equivocados los
antiguos esclavos egipcios o los antiguos atletas griegos.
3 – Disminuye el colesterol malo.
Esta propiedad conocida con el nombre de
“Hipolipemiante” significa que disminuye el nivel de colesterol malo
(el LDL) y por lo tanto resulta beneficioso para el corazón, previniendo
enfermedades coronarias y accidentes vasculares que suelen afectar al
cerebro por obstrucción de capilares. Se sabe que el ajo hace disminuir
la absorción del colesterol por parte del intestino.
Por ejemplo, si en el desayuno tomamos
tostadas con mantequilla, el nivel de colesterol aumenta un 20%, pero si
previamente frotamos el pan con ajo, aunque le añadamos mantequilla
después, ese aumento del nivel ya no tiene lugar.
.
4 – Propiedades antisépticas y antibióticas. Mejora las defensas.
Ya lo hemos dicho anteriormente, que el
ajo se usaba como sustituto de antibióticos, que hace disminuir las
infecciones, acaba con las bacterias, con los hongos, levaduras y con
algunos virus como el herpes. Se sabe que los principios activos del ajo
atacan a los ácidos nucleicos de los virus y no dejan que se
reproduzcan.
Es conocida la capacidad de actuar
contra la e-coli o Escherichia coli, por lo que es indicado tomar ajo en
caso de cistitis en infecciones urinarias, dolor de oídos,
pielonefritis y para enfermos de disbacteriosos intestinal. Ataca
también la bacteria “Salmonella Typhi” que causa el tifus y otras
afecciones intestinales como la salmonelosis. Protege de la “Shigella
Dysenteriae” que es el bacilo causante de la disentería.
Protege de estafilococos y estreptococos
que causan forúnculos infectados y otras afecciones en la piel. Pero lo
mejor de todo es que el ajo es capaz de actuar únicamente sobre las
bacterias malignas, dejando intactas las benignas, por lo que regula la
flora intestinal.
El ajo aumenta la actividad de las
células encargadas de defendernos como son los linfocitos y macrófagos,
por tanto estimula las defensas y ayuda al sistema inmunitario del
organismo a resistir las infecciones. Cada vez se está usando más el ajo
como complemento en tratamientos contra el Sida.
Actúa también como vermífugo eliminando
parásitos intestinales como ascárides, oxyuridae y otros gusanillos como
el famoso “Enterobius vernmiculare” que son las lombrices blancas y
diminutas que afectan sobre todo a los niños de temprana edad, pero que
una vez es tratado y eliminado, no vuelve a aparecer.
5 –Baja el nivel de glucosa en sangre.
Facilita aumentar los niveles de
insulina en sangre, por lo que reduce el azúcar. La propiedad
hipoglucemiante hace que se regule y normalice el nivel de glucosa
sanguínea, por lo que es bueno que el ajo se suministre a personas
diabéticas y personas con obesidad.
6 – El ajo contra el cáncer.
Existen numerosos estudios que
demuestran que el ajo bloquea la acción de algunas sustancias
cancerígenas que se forman en el estomago o en el hígado, procedentes de
la digestión. Se cree que son los componentes azufrados del ajo los que
ayudan a disminuir la aparición de células cancerosas en el sistema
digestivo.
Por ejemplo el cáncer de estomago está
íntimamente relacionado con la bacteria “Helicobacter pylori” que como
su nombre indica suele encontrarse en la zona del píloro del estómago
siendo causante de úlceras, y que desaparece bajo la acción de la
alicina y quercitina del ajo. Por lo tanto, no es que el ajo disminuya
el cáncer, sino que actúa como potente sustancia preventiva evitando que
el cáncer aparezca.
7 – antioxidante.
Existe un antioxidante muy potente en el
ajo que se llama “flavonoide” y que como oxidante se le confiere
propiedades anticancerígenas, reductoras de alergias contra el polen, e
incluso como ayuda contra el Sida. Sus propiedades antioxidantes
previenen los efectos debilitantes del envejecimiento, evita las
cardiopatías y otros trastornos propios de la vejez.
8 – Depurativo y desintoxicante.
El ajo ayuda en las reacciones químicas
favoreciendo la excreción y eliminación de desechos y toxinas del
cuerpo. Se recomienda en personas que han dejado de fumar ya que ayuda a
eliminar la nicotina y otras sustancias toxicas de la sangre y además
regula la tensión que en fumadores, por lo general suele ser más elevada
de lo normal.
9 – Expectorante natural y antiasmático.
Uno de los principios activos del ajo,
el “disulfuro de alilo” es liberado a través de la respiración actuando
en las vías respiratorias, sobre todo en las mucosas de los bronquios
por lo que el ajo es considerado como un expectorante natural para
afecciones como la bronquitis, tanto la aguda como la crónica y también
como remedio para el asma, la tos, la tuberculosis y otras dificultades
respiratorias.
10 – Desinfectante de la piel.
Como hemos dicho antes, en casos de
guerras, cuando los antibióticos faltaban, se usaba el ajo para evitar
que las heridas se infectasen.
– Para picaduras de insectos
– Para combatir hongos, quemaduras y llagas que pueden infectarse
– Para combatir la sarna
– Para el acné
– Para las verrugas
– Para los callos (Aplica un diente machacado con una tirita, y en tres días se ablanda para su extracción)
Lo habitual es utilizar una gasa mojada
en tintura de ajo o empapada en jugo de ajo y frotar la zona de la piel
afectada. Se debe tener en cuenta que a muchos pacientes les afecta el
poder abrasivo del ajo y es por ello que no se aconseja aplicar en zonas
sanas, ni en ampollas, ni en zonas sensibles, y por supuesto,
recomendamos siempre que cualquier tratamiento se realice bajo la
supervisión de un profesional médico.
11 – Ayuda a regular la tiroides.
Al ser el ajo un alimento rico en yodo, se regula la función tiroidea y resulta muy beneficioso para casos de hipotiroidismo.
12 – Eliminación de líquidos.
Se dice que el ajo es diurético, por lo
que facilitará la expulsión de líquidos del cuerpo. Esto resulta muy
beneficioso para la vejiga, para casos de reumatismo e hidropesía.
También los enfermos de gota suelen beneficiarse de esta propiedad
diurética.
13 – Buen digestivo.
Estimula el hígado con su vesícula y el
páncreas, aunque se debe tener en cuenta los casos en los que los
pacientes tienen acidez estomacal o un estomago muy delicado, en cuyo
caso es mejor no tomarlo. Por otro lado, se sabe que el ajo mezclado con
mantequilla, puede tener un efecto positivo en el tratamiento de las
ulceras, ya que ataca a las bacterias causantes.
Aparte de las lombrices anteriormente
citadas, también se recomiendan decocciones de dientes de ajo para
eliminar la tenia o solitaria que actúa como parasito en el estómago.
14 – Ayuda a bajar la fiebre.
Ya el propio Celsius escribió que el ajo contenía propiedades capaces de hacer bajar la fiebre.
15 – Antinflamatorio
16 – Antidepresivo.
Muchos estudios actuales parecen indicar
que el ajo hace aumentar los niveles de serotonina en el cerebro, lo
que a su vez hace que podamos mejor combatir el estrés y la depresión.
Propiedades del ajo crudo y en ayunas:
Las propiedades del ajo crudo
son mucho más acentuadas que en el caso del ajo cocinado, ya que al
cocinar se pierde hasta el 90% de sus principios activos, por lo que
siempre se recomienda que el ajo se ingiera de manera cruda. Existe un
famoso refrán que dice “Ajo cocido, ajo perdido” Y no le falta
razón, ya que todas estas propiedades curativas tienen efecto de manera
cruda. Como casi todos los vegetales, si los sometemos a más de 43
grados de calor, se pierden los nutrientes y las vitaminas y principios
activos.
Una buena forma de comer el ajo en
estado crudo es en ensaladas o triturado en gazpachos, salsas como el
alioli o pesto, humus, con champiñones, frotado sobre el pan…etc., pero
siempre crudo.
De igual manera, si facilitamos al
cuerpo la ingestión del ajo de forma cruda para obtener todas sus
propiedades, también es conveniente que sus efectos no interfieran con
otras sustancias, por lo que es conveniente para maximizar sus
resultados comer el ajo en ayunas. En ayunas las
propiedades se acentúan igual que si tomaras otro medicamento. En caso
de no gustar el ajo o no poder tolerar comer un ajo crudo y aun menos en
ayunas, se recomienda la ingestión mediante capsulas de ajo.
Otra forma de tomarlo son los encurtidos
en vinagre. El ajo en vinagre no pierde sus propiedades aunque el
vinagre si que puede irritar el estomago, sobre todo en ayunas, por lo
que sigue siendo recomendable tomarlo fresco. Apenas un diente por las
mañanas para no hacer trabajar mucho al hígado con un vasito de agua
tibia de manera que las propiedades medicinales sean las máximas.
Propiedades del ajo para adelgazar:
Como hemos dicho
anteriormente, el ajo tiene un carácter diurético, desintoxicante, que
ayuda a eliminar líquidos, y por lo tanto tiene unas propiedades muy
adecuadas para perder peso.
– Disminuye la tensión arterial
– Disminuye el colesterol malo y aumenta el bueno
– Disminuye el riesgo aterogénico (formación de ateromas que obstruyen las arterias)
– Estimula el metabolismo reduciendo los depósitos de grasa.
Entre los principios activos, minerales y
sustancias que favorecen la diuresis del ajo, encontramos los
siguientes: Calcio, potasio, magnesio, asparagina, fibra, apigenina y
vitamina C.
En ocasiones es usual encontrar capsulas de aceite de ajo,
que ha sido macerado en alcohol, y que se vende de esta manera como
producto adelgazante. La ventaja del aceite de ajo es que de esta manera
se evita el mal aliento que deja en la boca.
Otras variedades como el ajo japonés o el ajo chino.
Desde aquí animamos a que desconfiéis de
productos milagrosos que vienen de oriente. El propio ajo ya viene de
Asia central, por lo que si te ofrecen un ajo oriental o japonés o chino
con excelentes propiedades, debes pensar que el ajo tuyo occidental
tiene iguales o mejores propiedades. Se aprovechan del desconocimiento
del ajo nuestro, para ofrecerte una variedad similar que tiene las
mismas propiedades.
Propiedades afrodisiacas del ajo
Para terminar con esta inagotable lista
de propiedades, hablaremos sobre sus características afrodisiacas. A
priori, el olor del ajo puede dar para atrás o crear un rechazo en la
persona, por lo que no parece un afrodisiaco muy efectivo. En Grecia y
Roma el ajo siempre fue considerado como un potente afrodisiaco, pero
quizás estas propiedades debamos buscarlas en su capacidad
vasodilatadora.
UN ABRAZO
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página.